I Premio La Rioja del concurso Crea tus textos
Fundación Coca-Cola, 2009
Desde el cerro se veía el Océano
Pacífico golpeando fuertemente contra las rocas de los acantilados. Sin
embargo, hacia el este, el mar estaba tranquilo y sus aguas cristalinas, de un
color azul intenso, descansaban acariciando la orilla de arena blanca. Un
fuerte sol de verano iluminaba la playa. De fondo, acompañando al murmullo del
mar, se oían los cantos de las ballenas jorobadas. Un gran bosque de árboles enormes y húmedos daba sombra a toda la
isla. La
suave brisa mecía sus hojas. Parecía como si la isla, el mar y los animales
marinos bailasen todos a la vez, preparándose así para alguna ceremonia
importante. El cielo estaba azul, pero unas oscuras nubes se acercaban
rápidamente amenazando tormenta. La brisa se convirtió en viento y cayeron las
primeras gotas. Un fuerte trueno rompió la calma de la isla que, ahora,
cubierta por los nubarrones, ya no brillaba. Un manto de oscuridad envolvía los
montes y las playas de Gorgona. De vez en cuando, un relámpago iluminaba la
isla tiñéndola de un color azulado. Entonces, un eco de tambores golpeó las
montañas. La isla vibró con aquella música salvaje. Después, se oyeron los
cantos de miles de hombres gritando bajo la lluvia.